11/23/2014

VI Wish you were here!


VI
A las 6 de la mañana, con camino marcado y repetido cada jornada, crees que nada te va a sorprender. Sólo la esperanza de llegar, para vivir más momentos intensos, como llevaba ya tiempo experimentando. Amistades, risas, enamoramientos, cervezas, karaoke, croquetas como menhires, días sin descanso, colegio, niños, “cantajuegos”…
El juego de luces del amanecer, en mi retrovisor, los brotes del sol naciente en un espejo… Hago kilómetros con el sol en la espalda, que me guarda y me empuja, me arrolla, me arrulla... Sonando Loussier, “Play bach” desde el usb acoplado en la radio. Mi mirada, buscando el Moncayo, pero sólo deja verse una silueta imprecisa. De pronto, una luz roja. Uno se ve en la necesidad de ir atento en carretera, mirar qué hacen los demás, y tu piloto automático guiarte, con un punto de automatismo, de no ser consciente de que vas a 120 km/h. Y, sin embargo, creer que estás controlando totalmente la situación. Algo altera ese punto, una luz roja que no cuadra en el momento, que se eleva, salta, y te aporta una grata sorpresa. Varios días observando este fenómeno, al que no quise dar una explicación racional, aunque una emocional, o casi mística era la más adecuada a mi estado anímico. La realidad podría alterarse con una mirada cargada de pasado, pero es lo que hay. Fuegos artificiales... Una sencilla explicación. Todos tenemos asociados los fuegos artificiales a las fiestas, o al final de las mismas. No a que vayas en tu coche camino del trabajo, y te sorprenda un final de fiestas cada día. Quizás no es el final de fiestas, todo lo contrario, el principio de esa fiesta que es disfrutar del día a día. De que algo presagia o da la bienvenida. Esto te anima, te hace pensar que ojalá tú estuvieras de copiloto en mi coche, y también en mi vida, para compartir ese mágico momento. Luz roja, tenue, que acrecienta su propio espacio, invadiendo la oscuridad con brillos blancos, al igual que estrellas fugaces, en un fondo violeta, gris payne, y el Moncayo asomando a su derecha. Impasible, con unas leves manchas de nieve. Impagable. Wish you were here!

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