2/26/2007

Educación...reflexiones en Orientación Escolar.

REFLEXIONES
Por los comentarios veo que se ha centrado mucho el debate sobre la violencia...¿no pensáis que se está sobredimensionando este tema? Violencia, la habrá, no lo dudo, pero en comparación a otros países España es un lujo en lo relativo a violencia...en otros países hay detectores de metales en las puertas de los colegios. ¿No es más importante centrarnos en la calidad de la enseñanza que en un punto concreto y meramente circunstancial? La violencia en las aulas siempre ha existido en un grado u otro, pero ahora sale por televisión. La diferencia estriba en la poca autoridad del maestro o del equipo directivo para poder tomar medidas drásticas, y en el poco apoyo de los padres para que sus hijos sufran las consecuencias de sus actos. Ahora resulta que se quiere criminalizar los gritos a los niños. Lo que faltaba. El propio código civil reconoce la autoridad sancionadora del padre o tutor sobre su hijo. Así mismo reconoce la autoridad del maestro para poder reprender a su alumno, siempre dentro que no ejerza violencia física alguna.
Creo que la violencia viene dada por una desintegración de los valores. El otro día una encuesta reflejaba los datos escalofriantes de que los niños españoles no querían ser médicos o periodistas, sino que querían ser futbolistas, cantantes, o famosos. Eligen el camino fácil, lo que ven en televisión (esos programas que nadie ve pero que tienen millones de telespectadores).
Esa falta de valores es lo que hace que en los casos de niños acosados sea el niño acosado el que se tiene que cambiar de colegio, lo que supone un triunfo moral para el acosador...no debería ser al revés?, mover a los acosadores a otro centro...(es como si al atracador se le dejará en libertad y al atracado se le metiera en la cárcel para preservarle de posibles atracos posteriores).

Creo firmemente en que la educación debe pasar por un momento de "reseteado" de dejar atrás reformas de la reformas, sus consecuencias y el lastre que deja para las nuevas reformas y buscar un consenso social y político para en primer lugar establecer un sistema educativo que sea firme y no cambiante, que perdure más allá del gobierno de turno. Por otra una mejora de la administración de recursos tanto humanos como materiales. No escatimar con lo fundamental: el personal y el material. Los TABLETS serán muy bonitos, quedará fenomenal en las noticias con la foto del preboste de turno, pero mientras en colegios rurales no tengan ni lo más básico: sillas y mesas, un ordenador por aula, un baño en condiciones, un presupuesto digno por aula, no 100 euros para material. Y no digamos el racanear con el recurso humano, un maestro se pone de baja y si es una baja de poca duración ni se llama a un interino para sustituir, ya lo arreglará el colegio...lo que me hace mencionar el otro gran defecto del sistema, que cuenten con la buena voluntad, buen “rollito” del profesorado para que aporte más allá de lo estrictamente necesario y que le es exigido por su remuneración: el voluntariado encubierto. Pero a algunos se les llena la boca con los tablets.

La clave de muchas cosas está en la consideración social que nunca debió perder el maestro. Hoy todo padre sabe más que el maestro, nuestra labor es opinable por todos, aunque nada sepan, pero han oído, les han dicho y eso es suficiente para poder cuestionar la profesionalidad de un maestro. Creo que ninguno de nosotros cuestionamos al panadero cómo se hace el pan... En clave de chiste, un amigo me comentaba que cuando éramos pequeños los maestros nos amenazaban diciendo: ¡Quiero que venga tú padre! Y tu cabizbajo decías...ya verás la que me cae; ahora es el alumno el que dice al profesor: ¡mi padre quiere hablar contigo! Y el profesor se queda haciendo examen de conciencia, por si ha hecho algo que no debía...triste pero real...

Otra cosa que me preocupa es la escasa formación real, práctica que recibe un alumno en la facultad de magisterio, teoría toda la del mundo hasta por duplicado y triplicado (el otro día decía M.A. Broc, que no le hacemos caso...claro, su discurso lo llevamos oyendo desde primero, no es la primera vez que nos hablan de Piaget, condicionamientos y otras cosas, es más, tenemos hasta nuestras propias opiniones...) por ello yo reclamo que se nos enseñe, o que les enseñen, cómo sería el día a día en un colegio, en una clase, cuando tengan que enfrentarse a la burocracia del servicio provincial de educación, a las exigencias de un inspector, a las programaciones, a las imposiciones de un equipo directivo, a las quejas de los padres, a la falta de material, a cómo funciona realmente un centro desde el 1 de septiembre hasta el 31 de junio...que es diferente de verlo todo ya hecho, que es lo que ocurre cuando vamos a las prácticas escolares...vas camino del final, sin haber visto ni de lejos todo el proceso.
Muchas cosas debemos cambiar en poco tiempo...

[...]

Podemos pensar en el resultado de nuestros actos o decidir omitirlos ante nuestra estúpida existencia.
Sabemos que algo es posible. Un cambio, una revolución. Pero es revolución debe ser cultural. O incluso una revolución cívica. Me explico, una revolución en la que los valores cívicos sean el emblema de esa ruptura con lo que ahora sufrimos. Una evolución, no a valores caducos de orden, disciplina o cosas derivadas de un orden político de represión, ni tampoco las fallidas ideas de un estilo progre. Unos valores, universales, que no atienden a épocas, EDUCACIÓN. Educación ante el prójimo, antes los demás, ante uno mismo, y ante la sociedad. Por ejemplo debería empezar con un actividad en la que todos los ciudadanos sintieran la obligación de tener que participar activamente en pro de la sociedad. Eso implica empezar votando, en las urnas, no dejar que un porcentaje de votos inferior a la mitad sea la que decide por el conjunto total de nuestra sociedad. Es una obligación moral, cívica.
No reclamo la educación en valores, los valores deben estar presentes (e interiorizados) ya en el acto de la propia educación. Puedo creer en un currículo oculto que soterradamente vamos depositando en el alumno, pero es insignificante ante el currículo nada oculto de la televisión y de la sociedad.
Valores no políticos, ya que ahora los valores se aplican políticamente, eso de la tolerancia, talante... Tolerancia supone según el diccionario, del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente, define la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no está de acuerdo. Y por extensión moderna, la actitud de un individuo frente a lo que es diferente de sus valores. Si eso es tolerar, tolerancia, no la quiero, eso supone ir en contra de los principios personales de cada uno. Intentar que nos cambien, pero...¿en beneficio de quién? No tenemos razón para soportar a nadie, ni que nos cambien, ni que aguantemos algo que nos está matando. Eso es lo que los políticos quieren para nuestra sociedad.Ello implica un grado de violencia de la política con el ciudadano. Violencia, la que ejercen nuestro contrato social, la que nos agobia con normas. Y para qué esas normas si luego vamos a tener que TOLERAR, SOPORTAR que otros las incumplan. No vivimos todos en la misma ciudad, región o país...

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