2/02/2011

Uned

La UNED, es un lugar diferente. Sobre todo, si es Calatayud. Es otra historia. Bueno, peculiar. Para aquellos que no conocen el funcionamiento de los exámenes en la UNED, diré que su peculiaridad reside en hacer cola como en el mercado, pero en lugar de que te sirvan un kilo de tomates, pides tu examen, que sale impreso y te asignan un lugar de asiento, con una nomenclatura de F2, tocado...parece que juegas a los barcos...y hundido cuando, de camino a tu silla y mesa, revisas las preguntas del examen, y sorpresa, no son las que esperabas. Te sientas, reflexionas, me voy a casa, me quedo y les cuento mi vida, o parte de ella, o le echas inventiva. Siendo lo último, lo más probable. En una ocasión, mi padre y yo, estábamos en un examen, él de Sociología, creo, y yo de Derecho. Aquí reside lo divertido, en un mismo lugar, cada uno con su examen asignado. Dispuesto a inventarme una parrafada de 10 folios, sobre Filosofía del Derecho (ahora, máximo llenaría un papel de fumar, por una cara, del poso que me dejó en mi mente esa asignatura) comienzo a escribir, y, oye, la verdad es que vamos bien, escribo, escribo, nací un 1 de octubre de 1975...jejeje, bueno algo de Hobbes, algo de Rouseeau, algo de Hegel, un remix de Marx, un refrito de
Wittgenstein sobre el sentido de la filosofía como disciplina, que si los griegos (esos que se lo montaban con sus amigos, y a las mujeres las tenían sólo para procrear, y luego dicen que han sido la cuna de nuestra "civilización"), unas cuantas ideas vagas, y no muy bien expresadas de lo que es o no es Derecho. Eso era algo que me intrigaba, cualquier asignatura de la carrera, planteaba como tema 1, qué es Derecho. Bueno, a lo que iba, un poco de Duguy: (con todo sobrio) "No hay Derecho, sino obligación de cumplir con el deber", esto queda muy bien, Hart, Kelsen, Ross, que siempre quedan bien para estos casos, sobre el concepto universal de Derecho.
Que si las sociedades más o menos juridificadas, para luego hablar de la escala de juricidicidad, rollo marxista antropológico, y cuando me dispongo a soltar el latinajo de mierda, "primus inter pares", algo así, como que se reconoce un jefe, no como tal, sino en el que se ha depositado la "jefatura" para el orden, y administración de las leyes, y subsumir (esta palabra me encanta) las normas al conjunto de la sociedad...se monta un pollo, de la ostia en la sala...
Veo a un profesor, vigilante, estilo guardia jurado, que increpa a un examinado...: "Está usted copiando..." Risas...más risas...y alboroto en la sala. Y no sé donde meterme. El señor policía de examen está junto a mi padre...No tenía claro, si levantarme a decirle a mi señor padre, ese es mi chico..., de tal palo tal astilla, y así justificar mi carrera delictiva como estudiante, o por el contrario esconderme debajo de la mesa, para que nadie dijera, sí, sí, y allí está su hijo, que estará copiando también...No oiga, que yo me lo invento, que es más divertido...
El caso es que ni mi padre estaba copiando, a lo sumo, estaba utilizando un programa autorizado por la gestapo de la UNED, pero el profesor con aspiraciones policiales creía que utilizaba chuletas...o apuntes...o yo qué sé...
Todo se queda en nada, como decimos en mi tierra, en agua de borrajas, que es poco menos que agua con agua.

A la salida, le pregunto a mi señor padre lo ocurrido, y me dice que el tipo ese debía tener mal día, o tuvo mala noche con su señora, al tener pretensiones maritales, y encontrarse ella con cefalea, fingida, o verídica.
Que estaba utilizando el programa de la asignatura. Yo desconsolado. Era mejor pensar que mi padre estaba infringiendo las normas, destruyendo el orden moral, jodiendo los planteamientos jurídicos que yo defendía en mi examen...y poder creer que mis malas artes en los exámenes era una cuestión de genética..."craso error".
Por cierto, mi suspenso fue épico...y el verano también...dado que volví a la convocatoria de septiembre, con más dotes literarias, que con base fundamentada en los codos puestos en la mesa y apuntes. Mi moreno de montaña, mis pantalones cortos, botas de montaña, eran síntoma inequívoco de no haber visto la luz de un flexo en todo el verano. Aprobé. Sí, claro, el que corrigiera se puso en mi lugar, "Las bicicletas son para el verano", y admiraría mi tono literario desenfadado, veraniego,
un aire fresco haciendo de Dj con las ideas ajenas...
Así taché unas más de las asignaturas malditas de la carrera.
Sin embargo, tiempo después, revisando libros, encontré "carnaza", "filetes", "emparedados", "libritos con queso", "chuletones"...sí, efectivamente, unas chuletas meticulosamente elaboradas a tipo Times New Roman 7, bold, que hábilmente mi padre me había ocultado. Me sentí aliviado. En serio. Pero, no me atreví a recriminarle nada. Estaba cumpliendo el papel asignado, alumno = trampas para aprobar. No está muy probada la paternidad de la frase, algunos dicen que es de Maquiavelo, pero yo leí el Príncipe, varias veces, y no encontré la dichosa frase: "El fin justifica los medios". A lo mejor, un alumno aventajado hizo un alarde literario, e hizo un refrito
como comentario de texto del libro. jejeje

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