Las ganas de inventar
y una tiza al cielo,
marcarán la frontera de mi razón.
Y un arsenal de paciencia y celos
nos recuerdan las chicas no pagan dinero.
Y a la vez que lo sagrado, siempre es pequeño
tus fantasmas me pueden resucitar.
Mi colección de angelitos negros
nos recuerdan tenemos lo que merecemos.
Lo sé, porque muchos ya se fueron
y hoy sigo sus pasos al caminar.
Y aquí tu y yo solo quedamos los buenos
nadie nos enseña donde parar.
Que no te asuste el desgastarme, soy eterno
y esas manos tan puras como el coral
ya llegará lo del cementerio
y solo entonces lo mismo será que no serlo.
Lo sé, porque muchos ya se fueron
y hoy sigo sus pasos al caminar.
Y aquí tu y yo solo quedamos los buenos
nadie nos enseña donde parar.
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12/31/2009
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