12/14/2010

¿Crisis? ¿Qué crisis? Pues sí, CRISIS.

Crisis. Ah, pero estamos en crisis. El otro día, cuando contemplé a los miles de cabreados por no poder ir de vacaciones en el puente, cuando tuve problemas para entrar en un centro comercial (otrora deshabitado y abandonado), cuando pillar una mesa en el bar de siempre es imposible, y me pregunté: ¿Qué crisis? De acuerdo, no es que no estemos en crisis, o que se haya acabado. Más bien, hemos aprendido a vivir, a convivir con ella, cual alma gemela que nos guía y no lleva de la mano. Pero, luego vienen los datos del paro, la recesión, los rescates, se pasa el puente, y en boca de todos la maldita palabra de 6 letras: C R I S I S. Será para lo que nos conviene.
De las causas, origen y circunstancias que han hecho de esta crisis, la madre de todas las crisis, he hablado hasta hartarme. Incluso mucho antes de lo que algunos se puedan pensar. Que no es propio de mi naturaleza hacer eso, que en mi pueblo se expresa con: "Una vez que la vi, dije que era hembra". También, me he dedicado a establecer axiomas para su arreglo. Pero, también en vano. Ahora, dedicaré mi tiempo y esfuerzo a pronósticos deportivos...No es broma. Hoy en la radio, gracias a la poca estabilidad de las ondas de FM, cambiando de emisora cada 10 kilómetros entre Zaragoza y Pamplona, he podido tener un mapa de las ideas radiofónicas de cada casa sobre nuestro glorioso presidente. Algunos dicen que dimitirá. Otros, que no dimitirá. Tengo claro, que salvo que la hagan más gorda, que nuestro limbo de estado de alarma, causa suficiente para mandar a su casa a cualquier preboste, no creo que dimita. Si se le admite a un presidente y sus secuaces, establecer indefinidamente un estado de alarma, hecho no acontecido en 35 años de democracia, y por algo, que no lo merecía, (ojo, no digo que no lo merezca, pero han ocurrido hechos de más enjundia que no han provocado esta medida), de qué somos capaces, y mejor, de qué es capaz un Presidente para, agarrarse al cargo y no dimitir, para no devolver el contrato social a aquellos que se lo depositaron en su momento. Y luego repartamos al otro lado de la calle. A qué juegan los opositores. A dejar pasar, a dejar hacer. Así la oposición podrá empuñar una nueva tendencia, antes económica, ahora política: laissez faire, laissez passer. Los opositores también tiene su parte de culpa en todo. Esto no es a ver cómo se hunde el barco, para luego decir, no, si ya lo decía yo.
Laissez faire, laissez passer era una tendencia económica que hemos dejado correr en Europa, hasta nuestros días, falseada por un ligero intervencionismo que pudiera contentar a todos, unos que creen que el Estado controla, y otros que ven que el Estado no controla.

Sé que hablo demasiado, y lo mezclo todo. Pero las ideas surgen sin control, sobre todo después de tanto tiempo sin volcarlas en el blog.

A lo que iba, si resulta que tenemos crisis, pero por un lado pensamos que el Estado está haciendo, y por otro algunos están contentos con que no se haga nada...mal vamos.

Sigo opinando que la cosa está muy mal, que no hay freno a este situacíón. Hoy los datos arrojaban un descenso en la venta de inmuebles del 27% (si no recuerdo mal).

Toma, no, si siguen pidiendo una burrada por los pisos, si la cosa no baja. Si sobre un coste de 12 piden 30, o 50. Lo que no sé es qué van a hacer con los miles de pisos que están en manos de bancos...(En mi siguiente entrada voy a centrarme en esto que tiene su miga)

Luego están los perjudicados, como en toda situación, o más bien los incautos. Incautos porque compraron, y al poco tiempo vieron que su bonita casa valía 60.000€ menos. Y al cabo de un año, 120.000€ menos...y ven como la casa de al lado, vacía, e igual de bonita, es más preciosa por su menor valor, siendo igual que la propia.
Y eso, que alguno de esos incautos, tuvieron la suerte de oír de mi boca la famosa palabra de 6 letras: CRISIS. Pero, claro, me dijeron que yo no sabía de economía, que no tienes ni idea, que en algún sitio me tendré que ir a vivir, etc, etc, etc...
Pobres, encima uno no se puede regocijar con su mal, porque en el fondo, es el mal de todos, dado que podíamos ser cualquiera de nosotros.
Dr_solaris dixit.

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