En la Galería Ormolú de Pamplona, expone esta buena amiga, y mejor pintora.
Una exposición que conjuga dos caminos, uno, en el que experimenta con texturas, formas, materiales, a modo de collage, investigando en pequeños formatos.
La sensibilidad de cada mancha o superficie, incita a recrearse, a perder un tiempo ante cada obra, buscar los matices, las tonalidades, la superposición de texturas, la conjunción de color y forma. La sensibilidad que destila Alexandra, tanto ella, como su obra, impresiona. Deja aturdido al expectador, tanta expresividad, y emoción en cada obra...
Por otra parte, un conjunto de grandes obras, unas superficies enormes, donde la presencia humana se alza para mostrar personajes anónimos, y en otros, su propia familia. Humilde, Alexandra, sólo piensa en trabajar, crear, disfrutar del camino, poder experimentar, desarrollar su obra una trayectoria.
No le importa la repercusión que tenga su obra, ella ejecuta sus obras para ella, en primer lugar.
Y, luego, para que los demás mortales nos podamos recrear con su dominio técnico, su sensibilidad, y con una visión muy personal del mundo...
Alex, nos permite entrar en su pequeño territorio acotado de formas, dibujos... a través de sus cuadros. Gracias Alexandra.
Un lujo exquisito, que podemos disfrutar en la Galería Ormolú, hasta el 30 de abril.
Guillermo Pérez Pérez
Crítico de Arte.
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