Ha acabado mi secuestro y mi silencio.

Por fin tengo internet. A pedales, pero internet. Es lo que tiene que los dueños de la red (Telefónica) no suelten su conexión y los del nuevo proveedor te mientan sobre los plazas de activación de su servicio. Después de tener que amenazar, chillar, gritar, soltar palabras malsonantes y unas 50 llamadas a ambos operadores...el Lunes me ponen la nueva conexión. Desde luego...eso pasa por regalar, el Estado, la red nacional de comunicaciones a una empresa privada y luego intentar que no existan monopolios de comunicación con la existencia de otras empresas. Pero claro, si todo depende de la "empresa jefe" que tiene en su poder todas las infraestructuras...a los otros sólo les queda migajas que caen...En fin, al menos no han sido los 30 días que me decían...pero todo por amenazar.
Como ya conté en el anterior post, me han tenido sin línea 48 horas, pero ni Telefónica, ni mi nueva compañía me han informado de que pasaría...soy el cliente y soy el último en enterarme. Qué triste.