El Primer recuerdo que tengo de Isra son todas las patadas y golpes que me di con él el primer día que lo conocí. Era el año 1993, en plenas fiestas del Pilar, en un concierto de Siniestro Total. ¡Qué noche!
Isra, por aquél entonces, era un chico de estatura media, más bien delgado, con el pelo ondulado y un poco largo. Halagador por naturaleza, con sus palabras y piropos, alegraba a cualquiera. Era muy joven, pero se veía en sus ojos muchas experiencias. Poco a poco fue cumpliendo años (como todos nosotros) y teniendo una vida intensa; viajando y conociendo todo tipo de personajes. Aún me acuerdo cuando nos venía contando eso de que él no se iba a presentar al servicio militar, y de buenas a primeras nos dice que se va a Madrid "porque la policia militar es muy convincente". Y aun teniendo que ir a regañadientes tiene la suerte de tocarle como destino la residencia militar de oficiales... "A disfrutar toca." Porque eso sí, Isra es de esas personas que se merecen ese golpe de suerte. Es como si llevase una estrella sobre su cabeza; y no digo que él no se lo curre, porque se lo curra, pero muchos de nosotros hacemos todo lo posible por conseguir algo bueno y ninguno se hace con ello. Él sí. Tiene la suerte de conocer gente que le beneficia, y todos nosotros tenemos la suerte de conocerlo a él.
También recuerdo todos esos momentos en que lo ha pasado mal, (muy mal) pero como si tuviera una coraza protectora ha tirado "pa´lante". E igual que lo ha hecho consigo mismo, lo hace con todos nosotros: simpre está ahí, nos agarra bien fuerte y nos ayuda a salir del barro de nuestros problemas. ¡Cuántas veces le he abrazado como si mi vida dependiese de él!
Sin dudarlo te ayuda en todo lo que le pidas y te presta su hombro y su tiempo para atenderte y que le cuentes tus sentimientos; como si él no necesitase ayuda en ningún momento.
Y como decía, lo admiro por su valentía y su entereza. Es capaz de todo si con ello puede llegar a ser más feliz. Fue capaz de dejar su vida (amigos, familia, trabajo...) aquí en Zaragoza y marcharse con 4 duros y un billete de avión a Canarias, a empezar de cero.
Sólo él sabe lo que sufrió hasta llegar donde ha llegado. Pero me alegro, nos abandonó para conseguir hacerse con su vida y su felicidad, y lo ha conseguido. Y vete a saber hasta dónde llegará este Isra. De vez en cuando viene a hacernos una visita.
Han pasado 10 años desde que lo vi por vez primera, y lógicamente el Israel de ayer no es el mismo que el de hoy. Ha crecido, su melena ha ido desapareciendo y ha cogido unos kilos de más (de los que se siente orgulloso). Pero sigue siendo el mismo, más maduro, pero con la misma filosofía. ¿Halagador? ¡Cómo no! De vez en cuando recibo mensajes en el móvil (cosa que es de agradecer) que me levantan el ánimo.
Y sus manos, esas manos fuertes pero cansadas de trabajar y llevar bandejas, pero siempre ahí para acariciarte, hacerte carantoñas y algún masaje que otro. Ásperas y cálidas, cargadas de energía... y de sueños.
¿Isra? Qué podría decir de Isra. No se me ocurre nada. Tengo tantas cosas que agradecerle que no tendría espacio ni tiempo sufuciente para decirle que siga siendo así.
Aún recuerdo los golpes y patadas... Qué noche, ¡qué noche!
Para Israel
Texto de Treme Artigas Sancho
1 comentario:
Hola Dr. Solaris:
Quizás nunca leas este comentario porque hace 4 años de esta entrada. Me ha parecido realmente bonita. Es una pena que no se pueda difundir más estos textos que tienen toda la literatura y la poesía de los consagrados.
Gracias por tu tiempo de escribir estas ideas.
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