9/20/2010

José Antonio Labordeta

Desde que era niño, en mi casa, se escuchaba a Labordeta. Recuerdo los vinilos con sus fundas desgastadas, y cómo algunos de ellos destilaban un ruido profundo, acompañando a la voz del "abuelo". En varias ocasiones pude conversar con él. Pero recuerdo una, con mayor profundidad. Cuando "trabajaba" en Radio Ebro, mi padre y yo, estuvimos en su casa para hacerle una entrevista. Nos recibió en su despacho, con sus guitarras apiladas al lado del escritorio. Nos sentamos al lado de una ventana y las palabras surgieron...Yo siempre he admirado a Labordeta, y sus palabras me ayudaron en un momento determinado...que no era precisamente bueno...Me dijo muchas cosas...pero sobre todo me dijo que tenía que luchar por las cosas que quería, que no había que rendirse...
Me dedicó su libro, de una manera especial...con una dedicatoria que, en los momentos bajos, acudo al estante, saco el libro, leo la dedicatoria y sigo...sigo...y seguiré...
Por eso ayer, tenía que acudir a darle mi despedida...era mi obligación...y hoy escuchar alguno de esos viejos vinilos, desenpolvando un giradiscos, y escuchando esos familiares ruidos que acompañan su voz...
"Adiós a los que se quedan, y adiós a los que se van tambíén...."
 
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